Edición 42, Octubre y Noviembre 2022
Editorial
Entre ecos del inicio de los mundiales de futbol, la llegada de las lluvias (que ya era hora); las broncas políticas, que las hay y otras muchas cosas habituales, llega un número nuevo de La Tajadera con esa actualidad más cercana y menos estresante que traemos a nuestras páginas.
El Azafrán, no me refiero a la zarzuela del maestro Guerrero que reescribe la comedia del Lope, El perro del hortelano. Esa pieza transcurre en tierras manchegas, no aragonesas. El delicado cultivo, que se ha recuperado en algunas zonas, es objeto de un artículo en la revista. El azafrán es una de las especias más cotizadas en Asia, especialmente en la India. España es el segundo productor del mundo y el primer exportador.
Manuel García, pone en valor la Vía Verde de Fuentes Claras, uno de esos caminos naturales aragoneses que atraen a los visitantes. Por su parte nuestro colaborador Pascual Sánchez trae a nuestras páginas una referencia a la Guía Fortún, de primeros del siglo pasado, que incluye en sus páginas a la localidad de Daroca. Angela Ibáñez nos acerca hasta Gallocanta en una de las épocas más atractivas de la laguna.
Y Luz Morcillo hasta Maluenda y sus fiestas. Estas sí que son «Las crónicas de un pueblo». Quienes ya peinamos muchas canas, recordamos aquella serie de TVE de principios de los setenta. También aporta una interesante entrevista con el ceramista norteamericano afincado en Calatayud Mark Gordon, quien ha establecido allí su residencia permanente para seguir con su obra. Buena parte de la misma se ha podido ver en la ciudad bilbilitana, traídas desde América por barco. La misma Luz Morcillo, nos acerca al Daroca & Prisión Film Fest, que acaba de celebrar su edición de 2022.
En clave de humor y desenfadado, nuestro colaborador Fernando Álvarez de Toledo nos aporta una crónica darocense de las elecciones de 1977, que nos relata la vuelta a las primeras elecciones libres desde el retorno de la democracia.
Pedro Herranz, nos recuerda que esta publicación no solo se acerca a las tierras de Teruel, sino que se asoma a las vecinas localidades del Real Señorío de Molina, tal como reza en la cabecera de la publicación.
Por último y a fuer de ser pesado, a aquellos que no acuden prestos al pago de nuestro editor, háganle caso que, aunque alguna vez ya les he comentado que está canino, al paso que va y con la inflación disparada, este año solo le va a llegar para comprar la loncha de jamón (el sobre sería un lujo) y a partir la uva de fin de año en doce trocitos, incluyendo las pepitas, claro está.
Y de lleno en épocas pasadas, os abrimos boca sobre la no menos interesante historia de los peones camineros, aquellos guardas de nuestros caminos, y de las casillas que se construyeron para evitar que estos tuvieran que recorrer grandes distancias para realizar su trabajo.
Disfrutemos del doble número y esperamos que diciembre venga aún más cargado de relatos, información y literatura.